A pesar del conservadurismo político-religioso, la Miami de los años 60 no fue ajena al auge del movimiento contracultural, encarnado por el poeta Allen Ginsberg (1926-1997), figura clave de la Generación Beat y autor del célebre Howl and other poems /Aullido y otros poemas. Nuestro colaborador en Miami, Pedro Medina León, rememora y contextualiza la accidentada y controvertida presencia de Ginsberg en La ciudad del sol y su legado poético y social.
Miami nunca podrá borrar de su ADN el azote del huracán Andrew en al año 1992. Las pérdidas materiales fueron billonarias y algunas irremplazables, como el Miami Marine Stadium, de Virginia Key, a las afueras de Key Biscayne, donde, a la fecha, lo único que le da vida son las hojas secas que se deslizan en el suelo con el favor de la brisa.
Las tribunas del Marine Stadium, con vistas al skyline aguamarina de Brickell y a la bahía, fueron espectadoras en su momento de Aretha Franklin, Elvis Presley o Queen. La lista de actividades que registra su memoria es larga.
Una de las más recordadas fue la tarde del 22 diciembre de 1969, durante la cual una multitud de jóvenes alzó sus pancartas de Make Love Not War frente al beatnik Allen Ginsberg, quien se disponía a leer sus poemas. Sin embargo, el recital fue breve: entre los versos de “Kral Majales”, la policía apagó el micrófono de Ginsberg por haber comparado la represión de The Miami Police Department con la de la Primavera de Praga de 1968.
El abogado Tobias Simon llevó el caso a los tribunales. A Ginsberg, sostuvo Simon, le habían violado su derecho a la libertad de expresión. La sentencia se emitió a favor del poeta y, finalmente, el recital se llevó de nuevo a cabo en enero de 1970. La siguiente aparición pública de Allen Ginsberg en Miami sería ya en 1972, en Miami Beach, a las puerta del Convention Center, manifestándose en contra de la Convención del Partido Republicano, y, más adelante, participando en The Miami International Book Fair.
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De la contracultura y el hippismo, en los sesenta, surgieron las ideas que cambiarían en gran medida nuestra forma de pensar. Muchas de ellas se divulgaron gracias a periódicos underground como Los Angeles Free Press, The Berkely Barb y el East Village Other.
Estos tabloides de bajo presupuesto batallaron contra la censura. Eran colectivos de artistas, escritores y músicos veinteañeros que, con un línea distante de las formalidades y solemnidades de la prensa habitual, llevaban un mensaje en contra de la Guerra de Vietnam, del capitalismo, en favor de la igualdad de derechos para los afroamericanos y la mujer, y, en algunos casos, apoyaban también a la revolución cubana.
Charles Bukowsky, Hunter Thompson, P.J O’Rourke, Ginsberg y muchas firmas hoy reconocidas dieron sus primeros pasos con esos medios.
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Si bien San Francisco y New York fueron los bastiones de la contracultura, el movimiento también llegó a Miami.
Las primeras páginas underground se escribieron en 1969, en el periódico The Daily Planet, de Coconut Grove, el barrio bohemio de Miami, legendario desde 1927, cuando el Playhouse Theater abrió sus puertas. En ese barrio se gestó también el festival Woodstock, en una tienda de objetos para fumar marihuana. Y allí también fue arrestado Jim Morrison, en el escenario del Dinner Key Auditorium, en lo que fuera el último gran concierto con su banda The Doors.
Detrás de la edición y gestión cultural de The Daily Planet estuvo Jerry Powers, un joven de 22 años, de New Jersey, melómano, columnista y conductor de programas de radio de culto en su momento. Él fue precisamente quien invitó a Ginsberg al poetry reading en el Marina Stadium de Key Biscayne en el que fue censurado.
Entonces Miami era un estado conservador de derechas, y Powers tuvo que lidiar con la represión. En el caso de Ginsberg y también en otras muchas ocasiones. Incluso llegó a enfrentar cargos por distribuir The Daily Planet en las calles de Coral Gables porque su contenido era considerado «obsceno».
Además del recital de Ginsberg, Powers organizó cuatro eventos más en el Marina Stadium de Miami. Los lectores se encontraron con el Planet en circulación hasta 1974, luego, Powers se mudaría con su familia a New York. Años después, regresó a Miami, con una idea diferente en mente, de la cual se originaría su nuevo proyecto editorial: Ocean Drive Magazine.