Andrés Felipe Solano: “Al 95% de los surcoreanos les tiene sin cuidado Corea del Norte”

Fragmento cubierta «Corea: Apuntes desde la cuerda floja», Andrés Felipe Solano

 
El triunfo de Parásitos en los Oscar 2020 ha centrado la atención global del país de origen del film. ¿Qué sabemos de esta nación asiática? Andrés Felipe Solano (Bogotá, 1977) responde a esa pregunta a través de Corea: apuntes desde la cuerda floja (Editorial Barrett, 2019). Hace siete años, Solano se mudó a Seúl con su mujer coreana y ha escrito sobre una sociedad y una cultura sui generis desde la mirada occidental. Charlamos con él acerca del libro y su vida cotidiana en Seúl, donde recientemente el Ayuntamiento lo nombró ciudadano honorario. Solano ha publicado la crónica Salario Mínimo (Tusquets, 2016) y las novelas Cementerios de neón (Tusquets, 2016), Los hermanos cuervo (Alfaguara, 2013) y Sálvame, Joe Louis (Alfaguara, 2007).

En el libro, en relación con la escritura, apuntas: “Supongo que escribir no es otra cosa que un acto de resurrección. Escribir es resucitar el pasado, el mío, el de los otros.”¿Siempre echas la mirada hacia atrás a la hora de concebir tus textos? ¿Hay algunos temas que te interesan especialmente?

Bong Joon-ho, 2019

No me veo escribiendo jamás una de esas distopías tan en boga (para el caso tampoco una ucronía).

Pietro Citati, un crítico literario italiano, dijo, hablando de Scott Fitzgerald, que la tarea de un escritor es encontrar la música de las cosas perdidas.

Las cosas desaparecen sin dejar rastro para la mayoría. Esa vibración, esa música de las cosas perdidas, es lo que me interesa.

En Corea, apuntes desde la cuerda floja recoges tus vivencias durante el primer año en el país asiático. ¿Crees que en estos casi siete años de residencia en Corea sigue siendo la misma sociedad que has retratado o has notado una evolución?

Bueno, creo que el hecho más relevante es que en 2016 los coreanos, después de meses de protestas pacíficas en las calles, incluso en invierno, que aquí puede llegar a los 10 grados bajo cero, lograron que la presidenta de ese momento fuera destituida por un caso de tráfico de influencias. Y de hecho ahora está en la cárcel.

Hay que tener en cuenta que la democracia en Corea del Sur llegó apenas en 1988 tras una dictadura militar de varias décadas. Así que haber logrado semejante cosa en menos de treinta años de votaciones habla de cómo cambian de rápido los asuntos en este país.

Eso y que el bar, al que iba cerca de casa, lo cerraron de un día para otro y nos dejó huérfanos a varios…

A. F. Solano, escritor

Durante ese primer año en Corea desempeñaste diferentes profesiones, que incluyen escritor, actor, traductor, locutor periodístico… ¿Crees estar todavía en la cuerda floja?

No, ya no. Mi vida es muy estable ahora. Aburrida, incluso. Hace tiempo que me mudé de la casa donde viví aquel año tan complicado.

Sin embargo, cada tanto tiempo, en el metro, cuando estoy rodeado solamente de coreanos, me asalta la pregunta: ¿qué estoy haciendo aquí? ¿Qué?

Corea aparece en tu libro como un país hipercapitalista, moderno y tecnológico a la vez que muy tradicional. ¿Crees que existe un tira y afloja entre ambos o realmente uno se está imponiendo sobre el otro?

Coexisten, se superponen y siempre hay nuevas y retorcidas formas que alimentan el pasado y el futuro del país.

Sé que al volver a casa –después de responder esta entrevista, en un café con máquinas traídas de Italia y cocineros ganadores de premios internacionales– voy a oír a la señora que vive al lado practicando uno de sus ritos chamánicos.

A nivel mundial, Corea del Sur está triunfando con el K-pop, un género musical que no está exento de polémica por las difíciles condiciones a las que se someten sus cantantes y que, de alguna manera, tienen su correlación en lo que apuntas sobre la importancia del aspecto físico y del triunfo en la sociedad coreana. ¿Cómo ves este fenómeno?

Dianne Pineda-Kim, 2019

He tenido en mente escribir un artículo que explique por qué los grupos de K-pop funcionan como nuevos cultos en Corea. Nuevas iglesias donde se cultivan almas-fieles para que estas consuman todo lo relacionado con el grupo, donde la música tiene a veces poco que ver.

Al mismo tiempo, los fans adquieren poder y al final resultan tener la última palabra sobre las vidas de sus ídolos.

El cliente manda, el cliente siempre tiene la razón. Los ídolos son sus prisioneros y, a la vez, hacen millones de dólares para empresas que son entramados complejos. Deben tener, por ejemplo, una conducta intachable, como la de un pastor.

En Estados Unidos, que un cantante o una cantante tenga un amorío o fume marihuana abiertamente puede llegar a ser cool y hasta celebrado por sus seguidores. Aquí es peor que la muerte política para un concejal de pueblo. De hecho, por fumar un porro pueden acabar en la cárcel.

En el libro apuntas que Corea del Sur es el segundo país, después de Japón, que vende más maquillaje para hombres…

El fin de semana pasado, un camarero que me atendió en un restaurante de pollo frito tenía las cejas pintadas y más arregladas que Kim Kardashian.

No es una exageración. Su vozarrón al traerme la comida me sobresaltó.

Posiblemente, si lo pensamos bien, el maquillaje es como uno de esos filtros de Instagram, solo que funciona en la vida real.

Protestas alumnas coreanas

No veo por qué no deberían querer usarlo ciertos hombres.

El estudio es una parte muy importante en la vida de los coreanos, pero a veces parece una ocupación excesiva. Los jóvenes tienen muy poca vida social y tiempo libre. ¿A qué crees que se debe esta disciplina tan estricta?

Es algo enraizado que viene desde hace siglos.

Los jóvenes (solo los hombres en su momento) estudiaban durante años para pasar el examen de funcionario y entrar en el gobierno. Venían de todas las provincias para presentarlo en Seúl.

Uno de los barrios donde todavía los jóvenes se preparan para presentar exámenes universitarios (apenas salen de un cuarto donde estudian durante horas) es el mismo barrio donde se quedaban aquellos hace cientos de años.

Claro que ahora hay aberraciones como gente con dos doctorados que todavía vive con sus padres y que nunca ha trabajado, esperando entrar en una gran empresa.

Para los surcoreanos, ¿se siente como una amenaza o existe cierta despreocupación por el país vecino?

A. F. Solano, escritor

Al 95% de los surcoreanos les tiene sin cuidado.

A los políticos, obviamente les sirve de bandera de guerra en las elecciones.

Te han nombrado hace apenas unos meses ciudadano honorario de Seúl. Después de tantos años, ¿te sientes plenamente seulense?

Pues si ser seulense –o seulita, como digo yo– es saber dónde se come el mejor estofado picante en el centro de la ciudad, entonces sí. Es un sitio a donde solo van empleados de la alcaldía. De hecho, antes de la ceremonia me comí ese plato y sufrí para no mancharme la camisa de salsa de chile roja.

Eres originario de Bogotá, curiosamente una de las ciudades con las que Seúl está hermanada, ¿sigues pensando que Bogotá te enferma?

Extraño el cielo, los árboles de Bogotá y a un par de personas. Es lo único.
 

Sobre el autor
(Salon de Provence, 1986). Aunque nacida en Francia, España es, sin lugar a dudas, su país de adopción. De hecho, se especializó en literatura española y, concretamente, cursa un doctorado sobre dramaturgia contemporánea. Es co-directora de la Revista de Investigación Teatral Anagnórisis. Y, a pesar de la crisis, también co-dirige la Editorial Anagnórisis, sello digital especializado en teatro y estudios humanísticos.
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