Project X: Hegel y la convocatoria de orgías por Facebook

Hegel pone los conceptos, ya te inventarás tú los contenidos.
Chiste anónimo

 
Ivan Piechowski, redactor de Pliego Suelto y ex estudiante de filosofía, expulsado cinco veces de Facebook «por razones que, todavía hoy, escapan a su entendimiento», nos introduce en el convulso universo de las convocatorias y citas a través de las redes sociales relacionando la filosofía hegeliana con el reciente film dirigido por Nima Nourizadeh Project X

Sé muy bien de lo que hablo cuando digo que las citas por internet te conducen hacia un estado evolutivo superior, aquello que los New Age llaman “cambio de dimensión” o “viaje hacia la cuarta densidad”. Si lo sé es porque una vez asistí al cónclave que el Frente de Liberación de la Porquería promovió en Facebook. Era en Madrid. Las cuatro calvas, que por aquel entonces formaban la cúpula de la organización, me esperaban con tijeras, algodones y sin anestesia. Iban a castrarme en la Puerta del Sol, ante la multitud de turistas que se fotografiaban junto a la Casa Real de Correos creyendo que es una catedral barroca. No diré si al final procedieron o no porque los eunucos también tenemos derecho a la intimidad.

Pero dejémonos de experiencias personales y vayamos a lo que nos ocupa: el film Project X.

Los protagonistas son tres individuos púberes que, angustiados por su falta de popularidad, comienzan sus andanzas por el devenir del Ser cool convocando una fiesta. Es el cumpleaños de Thomas, así que su amigo Costa se encarga de que dicha fiesta sea masiva colgando el evento en Facebook y otras redes sociales, llamando a radios para anunciarla y mandando mensajes a través del teléfono móvil a los compañeros de clase. Se trata de obtener sexo, diversión y, por encima de todo, prestigio. Al terminar la noche los tres tienen que molar. Incluso JB, el más friki y retraído, aspira al reconocimiento social que tanto critica Aristóteles cuando afirma que la virtud moral estriba en llevar una vida contemplativa. Pero ellos no están por el peripatetismo. No creen que ver la vida pasar los vaya a hacer felices. Prefieren el pathos romántico extremo, entendido aquí como el “me encuentro mal: creo que voy a potar” tan manido en esta clase de celebraciones.

JB, Costa y Thomas: tres adolescentes en busca de reconocimiento social

 
Como se intuye por el título del artículo, el caso es que las intenciones de estos jóvenes no difieren del ideario que ya propuso en su día, allá por el siglo XIX, el filósofo idealista Georg Wilhelm Friedrich Hegel. A modo de ejemplo introductorio, una de las primeras escenas de la película, cuando, accidentalmente, la madre de Thomas oye decir a Costa “esta noche voy a mojar”. Aclaro que la frase de Costa representa aquí la cosa en sí, la realidad tal y como es, que Immanuel Kant definió como aquello que, en este caso, los padres de Thomas pueden intuir pero no conocer. Porque la cosa en sí, tanto el acto de copulación como el contexto que la acompaña, es el futuro desfase sin precedentes en su propia casa, que se convertirá en un nicho de borrachos y drogadictos de fin de semana despelotados en el jardín, en un enjambre de muchachos mostrando sus torsos y de chicas agitando las tetas ante todo el vecindario.

Pero la madre de Thomas, como buena kantiana que es, incapaz de percibir la contradicción de lo real, le pregunta a Costa, haciéndose la sueca: “¿Qué?”. Si la madre de Thom hubiese leído a Hegel como Dios manda, sabría que la conducta inhibida de su hijo y la de sus amigos, así como su condición de personas responsables y buenos estudiantes, casan perfectamente con la demencial autodestrucción de una sola noche. Los chavales, en cambio, sí lo saben porque forma parte de su ser.

Los paralelismos no terminan ahí, empero. Así como en Hegel el desarrollo del espíritu de lo Absoluto, es decir, del espíritu con autoconsciencia de sí mismo y conocedor de la totalidad de lo real, solo podía acontecer dentro del marco del Estado-Nación, en Project X, al igual que en nuestras vidas, este únicamente puede realizarse en el Estado-Orgía, o sea en una fiesta o una rave. De hecho, podemos establecer analogías entre ambas formas de estado citando a algunos de los protagonistas del filme e imaginando las reacciones de cualquier habitante de Baviera ante la unificación alemana del siglo XIX. “¿Te vienes a la fiesta de Thomas?”, le preguntan a un estudiante en la película. Y este responde: “¿Quién es Thomas?”. En la pre-Alemania del siglo XIX las cosas no serían muy distintas: “¿Sabes que Otto von Bismarck está unificando Alemania?”, le preguntarían al rústico bávaro mientras come chucrut y frankfurts y bebe cerveza en una taberna de Múnich. Sorprendido por la noticia, el campesino contestaría con otra pregunta: “¿Quién es Alemania?”.

Huelga decir que, sin embargo, también habría diferencias entre ambas encarnaciones de lo Absoluto: si en el Estado-Nación hegeliano el espíritu del pueblo se manifiesta en el arte, la religión y la filosofía, la noción contemporánea del Volkgeist se revela en el sexo, las drogas y los perros que van en globo. Lo incondicionado del Espíritu se desplaza, entonces, hacia aquello mundano, contingente, lúdico y cuya única pretensión de trascendencia es la memoria de los responsables del alboroto.

G.W.F. Hegel (1770-1831)

Quizás, y solo quizás, Hegel, que pronunció aquello de “He visto al Espíritu Absoluto montando a caballo” cuando vio pasar a Napoleón a través de su ventana, hubiese dicho “He visto al Volkgeist vomitando en el jardín” ante la imagen de Thomas devolviendo la pizza de anchoas al lugar que le corresponde en la naturaleza. Desgraciadamente, eso es algo que nunca sabremos, ya que Hegel, entre otras cosas, está muerto. Por suerte, especular es gratis, y de eso Hegel sabía un rato. Os lo dice un ex estudiante de filosofía castrado y cuadrimensional que fue expulsado cinco veces del Facebook por razones que, todavía hoy, escapan a su entendimiento.

Como bien dijo nuestro pensador wurtembergués, Fin de la Historia.
 

Sobre el autor
Devoto de Dios y su Triple Personalidad, participó en las cruzadas como cheerleader oficial del Vaticano, dirigiendo coreografías que combinaban música dance, linchamientos reales a herejes y barbitúricos. Joven y casto, está senil.
3 total comments on this postSubmit yours
  1. Menudo galimatías à la Hegel.

  2. La ira dialéctica de Hegel recaerá sobre ti. Me lo ha dicho.

  3. Brillante. Simplemente brillante xD

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