Alan Moore: una vida dedicada al cómic y al arte mágico de la palabra

«Alan Moore». Ilustración de Carlos Ruiz Brussain para Pliego Suelto, 2018

 
Alan Moore (Northampton, 1953) es conocido fundamentalmente por su trabajo como guionista de cómics. Para numerosos expertos es, incluso, el mejor escritor que la disciplina haya conocido. Autores como Neil Gaiman o John Higgs van mucho más lejos y opinan que Moore es “el inglés vivo más importante”, puesto que la aportación del también conocido como Bardo de Northampton a la cultura en general trascendería en muchos aspectos el mero campo de la historieta.

La celebridad de Moore es una consecuencia directa de la manera en la que este revolucionó el mundo de los cómics, en parte debido a su profundo conocimiento de las posibilidades expresivas que ofrece el medio del arte gráfico secuencial. Su fama se debe, en este sentido, a una prosa intensa y poética, a su capacidad de jugar con la intertextualidad, a la deconstrucción que hizo del mito del superhéroe y a la manera de introducir discursos adultos en géneros que hasta el momento solo estaban reservados a niños y jóvenes, o donde simplemente se subestimaba la inteligencia de los lectores.

Alan Moore en sus inicios

La carrera de Moore es multifacética. Comenzó su recorrido artístico en 1971 dibujando ilustraciones e historietas underground para diversos fanzines, escribiendo poemas y realizando performances en el Arts Lab de Northampton.

En 1978, ya de manera comercial, ilustró notas para revistas musicales como Sounds o NME y también escribió y dibujó tiras cómicas para periódicos locales como The Northants Post. Como explica la teórica e historiadora del cómic Maggie Gray, este aprendizaje público le permitió consolidarse como guionista de cómics profesional algunos años más tarde. Moore, por su parte, reconoce que el hecho de haber sido dibujante es algo que le ha facilitado considerablemente su carrera como guionista, y como escritor literario, ya que le ha ayudado a desarrollar la capacidad de pensar en imágenes.

Con todo, fue a principios de la década de los ochenta cuando Moore se forjó definitivamente un nombre gracias a su trabajo como guionista de las series de cómics británicas 2000 AD (D.R. & Quinch, Skizz, La balada de Halo Jones, etc.), Captain Britain, Miracleman y, en el mercado americano, escribiendo La cosa del pantano y Watchmen (publicadas por DC Comics), con las que ganó un buen número de premios y obtuvo el reconocimiento masivo del público.

V for Vendetta, 1982-1988

Asimismo, muy a su pesar, Moore es conocido popularmente por las adaptaciones cinematográficas que se han hecho de sus cómics y personajes: From Hell, La liga de los hombres extraordinarios, V de Vendetta, Constantine, Watchmen. El falso documental Watchmen: Bajo la máscara. Y las películas de animación Relatos del Navío Negro y Batman: la broma asesina. Moore reniega continuamente de estas adaptaciones ya que, entre otras cosas, opina que al estar realizadas en medios para los que no fueron pensadas, tergiversan el mensaje.

Otro hecho destacable relacionado con el impacto popular de los personajes de Moore ha sido la apropiación de la máscara de Guy Fawkes que usa el personaje de V por parte del grupo activista Anonymous. Un claro homenaje al carácter rebelde, justiciero y libertario que encarna el protagonista de V de Vendetta, quizás la obra más representativa de la ideología anarquista del autor.

En 1993, cuando Moore cumplió cuarenta años, sorprendió a sus amigos anunciando que había decidido convertirse en mago. A partir de entonces, verá el arte y la magia como intercambiables, un concepto que explica a conciencia en el ensayo Ángeles fósiles. Moore ha ido integrando este interés por el ocultismo en algunas de sus obras de ficción, particularmente en Promethea, pero, además, en las performances del grupo The Moon and Serpent Grand Egyptian Theatre of Marvels, cuyas seànces incluyen lecturas de textos poéticos en prosa escritos por Moore y música compuesta por Tim Perkins y David J. (ex-miembro de Bauhaus y Love and Rockets). Estas presentaciones han sido editadas en CD y dos de ellas fueron adaptadas a un formato de narrativa gráfica por Eddie Campbell: El amnios natal y Serpientes y escaleras.

H.P. Lovecraft, edición anotada

El interés de Moore por la magia y la simbología también es visible en obras previas, como From Hell y en su trabajo inspirado en los mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft: The Courtyard, una historia corta publicada originalmente en la antología The Starry Wisdom: A Tribute to H.P. Lovecraft; Yuggoth Cultures and Other Growths; Neonomicon y, finalmente, en Providence, donde los mitos de Cthulu se combinan con la biografía del propio Lovecraft. Asimismo, colaboró recientemente en el libro H.P. Lovecraft anotado.

Moore también ha abordado temas de tradición situacionista como la psicogeografía. Exploró este concepto en el ya citado From Hell. En el ensayo «Unearthing», colaboración que realizó para la obra de Iain Sinclair London: City of Disappearances. Y, más adelante, en sus novelas Voice of the fire, íntegramente ambientada en Northampton. O en Jerusalem, una obra de más de mil páginas que combina realidad y ficción, y donde centra su exploración psicogeográfica en The Boroughs, una zona de la ciudad donde Moore nació y creció. La identificación del autor con su ciudad natal y los espíritus que la pueblan es total. como él mismo reconoce: “Je suis Northampton. Por lo demás, Jerusalem también le sirvió para profundizar en el concepto de eternalismo (la idea de que volvemos a vivir una y otra vez nuestra vida, pasando por los mismos dolores y alegrías de manera recurrente). Un tema que ya había introducido en algunos de los pasajes donde aparecía el Doctor Manhattan en Watchmen.

Moore ha mostrado también en su obra un especial interés por el erotismo y la pornografía. Uno de los cómics más relevantes que ha escrito en este sentido es Lost Girls, ilustrada por Melinda Gebbie. Una obra de ficción erótica ambientada en los días previos al estallido de la Primera Guerra Mundial, en la que deja al descubierto un profundo antibelicismo, como se observa también en Watchmen, Promethea e incluso en Batman: la broma asesina. Es importante señalar al respecto que Moore cree que la guerra es una perversión del sexo: los jóvenes deberían estar copulando en lugar de matándose entre sí. Sin ir más lejos, en 2009, publicó el libro 25,000 Years of Erotic Freedom, un ensayo sobre pornografía donde argumenta que el éxito y la pujanza de una sociedad van de la mano de la libertad sexual.

Entre otras cosas, Lost Girls ha de ser considerada, además, como un soberbio ejemplo de intertextualidad: las protagonistas de la obra son la Wendy de J. M. Barrie, la Alicia de Carroll y la Dorothy de Baum. Una concepción similar de interxtualidad a la desplegada en La liga de hombres extraordinarios, donde los protagonistas son la Mina de Stoker, el Quatermain de Haggard, el Jekyll-Hyde de Stevenson, el hombre invisible de Wells, el Nemo de Verne, el Moriarty de Conan Doyle, el Fu Manchu de Sax Rohmer, el Orlando de Woolf y el Carnacki de Hope Hodgson, entre muchos otros. Algo parecido podría decirse de Watchmen, donde usó diversos personajes de la editorial Charlton y los combinó con situaciones realistas, como la guerra fría. Una aproximación a la creación de cómics que hizo emerger temas nunca vistos hasta entonces dentro del género de los superhéroes. En este sentido, Moore afirma que la intertextualidad es un juego creativo que le produce “efervescencia neuronal”.

Alan Moore, 1999-2012

Por otro lado, Moore es muy activo en relación con la cultura de su Northampton natal. Participa de manera habitual en el Arts Lab, un lugar muy importante para él, ya que es donde dio sus primeros pasos artísticos leyendo poemas en público. Asimismo, entre noviembre de 2009 y marzo de 2011, publicó en Northampton la revista underground bimensual Dodgem Logic inspirada en publicaciones contraculturales como OZ o IT , las cuales han sido muy influyentes en su obra. En la actualidad Moore imparte conferencias, recita poemas y realiza performances en diversos espacios y centros de su ciudad, ya sea en el citado Arts Lab, la Universidad de Northampton o incluso en la calle.

Si nos centramos en este 2018, se ha de reconocer que sin duda es un año importante en la carrera de Moore, ya que se despide finalmente del campo que lo ha catapultado a la fama: los cómics.

Moore ya anunció su retirada del medio en 2016, pero aclaró que antes cumpliría con los compromisos que había contraído previamente. Las razones que lo llevaron a tomar la decisión de abandonar el mundo del cómic son diversas. En una entrevista concedida a John Higgs, Moore explica que siente interés por ámbitos y géneros que la sociedad desprecia como son el de la pornografía o la magia. Además de que la industria de los cómics ya no le convence, otro de los motivos que lo han alejado de este sector es que cuando comenzó su carrera los cómics pertenecían a un ámbito marginal, mientras que ahora se han convertido en algo aceptado por todo el mundo. Moore argumenta en este sentido que el hecho de que los cómics hayan pasado a llamarse “novelas gráficas” es un claro indicador de ese fenómeno y afirma:

A mí me gustaban los cómics cuando todos los odiaban. Pensé: este es un medio maravilloso que está siendo menospreciado, puede ser usado para contar cosas fantásticas. [Alan Moore]

Moore ha decidido de manera consecuente volver a la poesía, un medio artístico que “todo el mundo detesta”, e insiste en que el verdadero arte consiste en buscar áreas de la cultura que a nadie le interesan para poder expresarse libremente. Moore entiende el arte como un ejercicio de la voluntad individual, no de complacencia hacia la sociedad, y, parafraseando de algún modo a Crowley, defiende que el arte consiste en hacer siempre lo que uno quiere.
 

Sobre el autor
Es ilustrador y docente. Imparte clases de ilustración y creatividad en ERAM - Escola Universitària (Gerona). Tiene un diploma en arte terapia (Fundació Universitat de Girona) y un máster en arte en el campo de narrativa visual (University of Lincoln, R.U.).Actualmente escribe una tesis doctoral sobre ilustración autorial contemporánea (University of Northampton, R.U.). Es miembro del comité de redacción de Monad: Journal of Transformative Practice. Web: carlosruizbrussain.com
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