Verónica Nieto: “La escritura es una de las mejores tecnologías que inventamos como especie»

Verónica Nieto, escritora. Fotografía: Ana Portnoy

 
A través de Psicojuego (Salto de Página, 2023), la escritora Verónica Nieto (Córdoba, Argentina, 1978) propone una novela de anticipación con rasgos poligenéricos, que transita entre la reflexión metafórica sobre las relaciones amorosas y sexuales intermediadas por las nuevas tecnologías, la gamificación y la atmósfera de la investigación criminal. Conversamos con la autora sobre diversos detalles del libro y acerca de sus puntos de vista de la creación literaria.

Psicojuego es una novela ambientada en un futuro posible en el que los videojuegos tienen una incidencia muy directa sobre la vida de las personas. ¿Cómo surge esta idea?

El disparador de esta novela viene de una experiencia personal. Terminé una relación larga y de golpe me di cuenta de que las dinámicas de ligar habían cambiado por completo. Todo pasaba por una aplicación en el teléfono. Y ya sabemos que las aplicaciones están diseñadas como videojuegos.

Alessandro Baricco, en The Game, habla de un nuevo paradigma, el paradigma del videojuego. La lógica del trabajo, la del ocio, responden a esto. Todo lo pensamos desde la gamificación. Compramos, vamos al museo, miramos películas, conducimos, nos relacionamos con otras personas como si estuviéramos jugando.

Alessandro Baricco, 2018

Es cierto que pareciera que Psicojuego nos habla de un futuro próximo, pero en realidad no es más que una exageración de lo que está pasando en la actualidad. Al final, toda novela de anticipación nos habla del presente.

A lo largo de la narración se van intercalando distintos modos de narración y narradores que aportan tonos y puntos de vista que sirven para tratar de entender qué ha sucedido a la protagonista. ¿Cómo fuiste construyendo esta armazón?

Suelo construir las novelas así, por escenas. Por eso pienso en voces y tonos distintos, porque cada escena pide algo diferente.

Se trata de una constante en lo que vengo escribiendo: la variedad de tonos y voces. Y eso pasa porque yo, como autora, quiero desaparecer. No quiero que se adivine a un autor escribiendo por detrás del narrador. Por eso construyo narradores del mismo modo que construyo personajes.

Me parece que en la literatura actual hay dos tendencias: la autoficción, con una subjetividad exacerbada, donde es el autor quien narra, o la desaparición del autor, que es aquello de lo que hablaba Barthes. Y la desaparición del autor se corresponde con una desaparición de cierta subjetividad humanista, como si se diluyera.

Sabemos que esta subjetividad nació con Kant y que cada vez pierde más fuerza, en la medida en que el hombre (podemos agregar: blanco, varón, europeo) deja de estar en el peldaño más alto de la jerarquía. Este también es un cambio de paradigma. Concebir un mundo donde el hombre es una especie más, no necesariamente mejor ni la más inteligente.

Me gustan mucho las novelas corales, me gusta cuando hay varios puntos de vista. Porque la realidad se construye como un puzle con la mirada de todos. En este sentido, la subjetividad puede diluirse y plantearnos narradores plurales, como en el caso de Psicojuego. En la novela, la narración principal es la de un ente plural no necesariamente humano. Ellos se refieren a sí mismos como posthumanos.

A esta narración principal se van intercalando distintas escenas: interrogatorios a los conocidos de la víctima, fragmentos del diario sonoro de la protagonista, testimonios de otros usuarios o de expertos en psicología. Me interesa cuando forma y fondo se apoyan, y me parecía que en esta historia la estructura tenía que simular la experiencia de mirar vídeos en TikTok: un zapping de escenas constante.

El título ya apunta que el juego conecta con la psique y, efectivamente, la premisa del juego consiste en conectar con el inconsciente. ¿Qué te ha llevado a interesarte por esta conexión?

La mente es uno de mis temas fetiche. Mi primera novela, La camarera de Artaud, ya se interesaba por dónde está el límite entre locura y cordura. Cada vez me interesa más la conciencia y sus posibilidades. Me interesa muchísimo la filosofía de la India, porque es la que más profundizó en la conciencia. La versión Occidental es el psicoanálisis y la creación del concepto de inconsciente. Sabemos que el inconsciente es el territorio de los deseos.

Me pareció que si iba a escribir sobre las nuevas maneras de relacionarnos, es decir, relaciones mediadas por pantallas donde la imagen es lo más importante, relaciones no presenciales y fantasiosas en muchos sentidos, porque suceden en una realidad virtual, tenía que buscar la manera de que estos dispositivos pudieran conectarse directamente con el territorio de los deseos.

Verónica Nieto, 2023

Dentro de la novela, el psicojuego “se vende” como una herramienta de ocio, pero también una terapia. ¿En qué te inspiraste para crear su funcionamiento?

El psicojuego es un producto como cualquier otro. Uno pensado, como decía, para mejorar la experiencia de las relaciones mediante el acceso directo al territorio de los deseos, que es el inconsciente. Al acceder al inconsciente, el psicojuego también permite explorar la psique en la terapia, algo que hoy se hace mediante la palabra, los sueños, los actos fallidos.

Me divertía pensar que en la novela hubiera psicólogos que defendieran este producto como apoyo al análisis. Pero, por otro lado, acceder de forma tan directa al inconsciente es un arma de doble filo, porque la manipulación puede ser total. Como sabemos, todo producto tiene detrás intereses económicos.

En este sentido, la inspiración directa son las redes sociales. Al principio pensamos que las redes sociales nos permitirían compartir contenido libremente, crear comunidades que se enriquecerían con el ejercicio del saber compartido y democrático. Ahora lo que vemos es que las redes sociales son plataformas de publicidad y caldo de cultivo de las fake news.

También vimos, en el caso de Cambridge Analytica, cómo las redes sociales fueron esenciales para inclinar la balanza en las elecciones mediante cierta manipulación de la opinión. ¡Imagínate si se pudiera acceder al inconsciente directamente!

La protagonista brilla por su ausencia, pues el peso de la novela reposa en el intento de elucidar cómo ha podido morir. ¿Por qué te decidiste por esta presencia-ausencia?

Ricardo Piglia, 2005

Cierto, la protagonista muere usando el psicojuego, y es lo primero que leemos. La novela arranca como una investigación criminal, se plantea como una exploración de por qué ha muerto. Claro que no es exactamente una novela negra, porque en realidad no importa mucho descubrir quién es el asesino.

Planteé Psicojuego como una nouvelle en el sentido que le daba Ricardo Piglia. Piglia decía que el cuento desarrolla una situación, la novela desarrolla personajes y la nouvelle plantea varias situaciones y varios personajes cuya narración, para avanzar, persigue un secreto, un McGuffin. Además, en la nouvelle es el lector quien decide la historia. La muerte o desaparición de la protagonista es el McGuffin de Psicojuego.

En la novela podemos leer: “La escritura ha regresado a la oralidad, pero la nueva oralidad prescinde de la memoria, al menos de la memoria natural”. ¿Qué es para ti la escritura?

Podríamos decir que la escritura es una de las mejores tecnologías que inventamos como especie. Es una de las primeras, por lo demás, que ahondan en el territorio de lo virtual, pues crean mundo en la imaginación. Engordan la imaginación, ese territorio de la conciencia y sus posibilidades.

La palabra es el envoltorio de los afectos, de la transmisión del conocimiento, de la conservación de las tradiciones. La escritura es la que permite fijar para siempre toda esa dimensión afectiva y cultural para transmitirla a otras personas.

También podemos pensar en la parte artística de la escritura, es decir, en cómo los escritores usamos esta tecnología para comunicar, emocionar y crear nuevos imaginarios. En este sentido, la escritura se parece a una artesanía que tiene que ver con el dominio del ritmo y la precisión conceptual. Es decir, tiene que ver con cómo suena y cómo describe. Hay escritores más conceptuales, de la imagen, y otros más rítmicos, musicales.

En mi balanza pesa más lo rítmico, sin duda, por eso me afano en construir voces porque quiero provocar el efecto de que, más que leyendo, estamos escuchando. Además de esto, la literatura tiene que ver con la tradición. Decimos que un texto determinado es literario porque se inserta en una tradición y dialoga con ella.
 

Sobre el autor
(Salon de Provence, 1986). Aunque nacida en Francia, España es, sin lugar a dudas, su país de adopción. De hecho, se especializó en literatura española y, concretamente, cursa un doctorado sobre dramaturgia contemporánea. Es co-directora de la Revista de Investigación Teatral Anagnórisis. Y, a pesar de la crisis, también co-dirige la Editorial Anagnórisis, sello digital especializado en teatro y estudios humanísticos.
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