Jennifer Thorndike-Gonzales (Lima, 1983), escritora y académica residente en EE.UU., nos aproxima a los engranajes temáticos y referenciales de su ensayo Ser improductivo. Enfermedad, precariedad y migración en la era de biopolítica, publicado por la editorial valenciana Albatros (2022), donde explora las construcciones culturales latinoamericanas del siglo XX y XXI en el marco de un orden político-económico: el neoliberalismo.
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Nota preliminar
Terminé gran parte de esta investigación antes de que la pandemia del COVID 19 cambiara nuestras vidas. Sin duda, sus nefastas consecuencias –que por supuesto incluye a las millones de personas que han perdido la vida– y los aciertos y desaciertos de la lucha contra el virus pasarán a la historia como uno de los acontecimientos más significativos del siglo XXI.
No puedo ignorar que en esta investigación se habla de la libertad del paciente y de sus posibilidades de rebeldía frente al sistema médico. Lamentablemente, el término “libertad” se corrompió durante la pandemia, dando paso a individuos sin consciencia que prefierían seguir propalando el virus –y la muerte– negándose a recibir una vacuna o a usar una mascarilla en pos de una mal entendida “libertad”.
La defensa de la libertad individual o el derecho sobre el cuerpo de los llamados antivaxxers o de aquellos que decidieron dejar la mascarilla de lado, en momentos donde usarla era imperativo, no puede poner en riesgo a comunidades enteras. Estas acciones son irresponsables y negligentes, por no decir egoístas y alejadas de la racionalidad científica.
Este ensayo no pretende cuestionar a los médicos y científicos que han usado sus conocimientos y trabajo para el beneficio de sus pacientes y comunidades. Las situaciones en él analizadas buscan criticar a la autoridad médica cuando esta ha cometido abusos, especialmente centrados en los grupos minoritarios.
Ante las injusticias y violencia ejercida sobre sus cuerpos, los pacientes han buscado la rebeldía para salvarse y salvar a sus comunidades. Esa es la manera como se entiende la libertad: el ser capaces de elegir qué acciones tomar cuando se ve que el abuso del poder se impone como regla y pone en riesgo la seguridad, la vida y el futuro.
Un enfoque biopolítco
Basado en el enfoque teórico de la biopolítica, el biopoder y la bioeconomía, el libro explora las representaciones de la enfermedad, la precariedad y la migración en las narrativas latinoamericanas/latinas de los siglos XX y XXI. Estas representaciones culturales se centran en un nuevo orden político y económico —el neoliberalismo— que alternativamente controla los cuerpos y los abandona. Como resultado de la extrema precariedad creada por las políticas neoliberales –principalmente de austeridad y privatización– los cuerpos son clasificados y controlados por el poder del Estado y sus instituciones, o por individuos que asumen “roles soberanos”.
El enfoque biopolítico proporciona un marco teórico útil para analizar cómo los cuerpos están expuestos a procesos económicos que determinan si su existencia tiene algún valor, o si está condenado a muerte por su improductividad. Dado que los individuos latinoamericanos son seleccionados, catalogados y discriminados según su raza, género, clase social, militancia política y orientación sexual, este enfoque dialoga con los estudios poscoloniales, de género y queer.
#01 Biocontrol estatal
El estudio está dividido en cuatro capítulos. El primero, titulado “Biocontrol estatal: Eliminación de cuerpos y creación de superhumanos en busca de la productividad”, identifica quiénes son los agentes que controlan al cuerpo –el Estado, el sistema económico y la medicina– y las acciones que se han tomado para potenciar o eliminar individuos.
Estudio la película Yawar Mallku, Sangre de Cóndor (1969) del director boliviano Jorge Sanjinés, en la cual el control de la natalidad, ejecutado a través de las esterilizaciones forzadas, fue centro del debate sobre el cuerpo durante el proceso de modernización en Bolivia.
Luego analizo la creación de los superhumanos en las novelas Las constelaciones oscuras (2015) de la escritora argentina Pola Oloixarac y París (1980) del uruguayo Mario Levrero, donde el control de la información producida por el cuerpo –patrones de conducta, relaciones sociales, etc.– y la manipulación del ADN buscan crear humanos potenciados que respondan a las exigencias de la producción global. La creación de redes de información y genéticas se convierte en la trampa que captura a los individuos clasificándolos y estudiándolos con precisión científica.
#02 Subjetividades dominantes y cuerpos enfermos
El segundo capítulo, titulado “Subjetividades dominantes y cuerpos enfermos fuera del ámbito institucional/estatal”, estudia cómo individuos enfermos que han renunciado a la sujeción médica, o aquellos sanos, replican los mecanismos de control estatal en espacios privados sobre cuerpos en estado de enfermedad terminal. Llamo a este fenómeno adopción de la subjetividad dominante.
En primer lugar, estudio al individuo común que replica a la autoridad en las novelas Salón de belleza (1994) y Perros héroes (2003), del escritor mexicano/peruano Mario Bellatin, y Fruta podrida (2007), de la escritora chilena Lina Meruane.
Los personajes que asumen la subjetividad dominante no pertenecen ni han pertenecido al ámbito institucional de la medicina. En Salón de belleza un peluquero aquejado por un mal se presenta como un sujeto que ejerce su poder dentro del Moridero, espacio que antes era su salón de belleza, convertido en un lugar de acogida para los enfermos en estado terminal que sufren de este mal.
En Perros héroes la autoridad está representada por un sujeto discapacitado, que dentro de su casa ejerce poder sobre su familia y el enfermero encargado de cuidarlo. Esto lo hace a través de la utilización de sus perros de caza y del enfermero, cuerpos que se convierten en máquinas de extensión que permiten el funcionamiento de su cuerpo paralizado.
En Fruta podrida el surgimiento de la subjetividad dominante utiliza tanto el cuerpo enfermo de una paciente en estado terminal como el suyo para concretar el intercambio de material biológico determinado por el sistema neoliberal.
En segundo lugar, analizo al soberano que pierde y recupera su poder en las novelas Los fantasmas del masajista (2009), también de Mario Bellatin, y La cresta de Ilión (2002), de la escritora mexicana Cristina Rivera Garza. Esta parte de mi investigación se centra en individuos que están o han estado vinculados a la institución médica y han ejercido funciones asociadas al soberano, pero que ahora ven su poder amenazado por otros que ejercen la subjetividad dominante.
En Los fantasmas del masajista la figura de la madre del masajista, protagonista de la novela, se convierte en una voz dominante que intenta controlar a su hijo y a sus pacientes. A través del uso de su voz, pretende sustituir los métodos del masajista, posicionándose como una alternativa de curación frente a los tratamientos tradicionales asociados al poder institucional.
En La cresta de Ilión la relación entre el dominante y el dominado se invierte para permitir la emergencia de una subjetividad insurgente exterminada por la institución médica. La inestabilidad de las identidades dentro de esta novela permite que el soberano apegado a la racionalidad médica se someta a una subjetividad dominante y que abandone su autoridad con el fin de que se una a la lucha contra la institución misma.
#03 La formación de comunidades alternativas
El tercer capítulo, titulado “La comunidad indispuesta: individuos enfermos y colectividades en situaciones precarias”, se concentra en el análisis de obras donde la enfermedad y la precariedad son la base para crear vínculos de afinidad entre los individuos, lo cual les permite la emergencia de comunidades autónomas. Con ello también nacen subjetividades diferentes que sirven para afianzar los vínculos entre estos individuos que, al encontrarse enfermos o en situación precaria, se aferran a la comunidad y sus reglas para poder sobrevivir.
Este capítulo estudia la formación de comunidades alternativas que aparecen en consecuencia de la enfermedad en el libro de no ficción Loco afán – Crónicas de sidario (1996), del chileno Pedro Lemebel, y en la novela El huésped (2006). de la mexicana Guadalupe Nettel, donde el padecimiento del mal –el SIDA y la ceguera, respectivamente– dan como resultado la formación de colectividades que se organizan para contener al mal, ayudar a conllevar la transición hacia la muerte o realizar actos subversivos que ataquen al sistema que pretende hacerlos desaparecer. La aparición de comunidades de individuos que viven en situación de extrema precariedad también está presente en la novela Los pichiciegos (1983), de Rodolfo Fogwill, donde soldados expulsados del ejército argentino durante la Guerra de Las Malvinas forman una comunidad bajo tierra con el fin de sobrevivir, pues estos han sido abandonados por el Estado en un territorio helado y desconocido donde lo único que pueden hacer es esperar la muerte.
#04 Redes de organización y migración
El cuarto y último capítulo, que lleva como título “Cuerpos precarios y redes de organización desde la frontera de México hasta las ciudades estadounidenses”, toma el tema de la migración para reanalizar lo estudiado en los capítulos anteriores: 1) la negación de la ciudadanía sobre los cuerpos de los migrantes condicionada por el Estado y las fuerzas económicas biopolíticas que determinan el valor de los cuerpos dentro del sistema productivo; 2) la adquisición de nuevas identidades soberanas encarnadas en diversos agentes que tratan de frenar el paso de los migrantes o que determinan su suerte en los centros laborales; y 3) la formación de redes de solidaridad o resistencia a lo largo de la ruta migratoria.
Analizo la precariedad de los cuerpos migrantes latinoamericanos, que comienza en la frontera entre México y Guatemala, pasa por la frontera entre México y Estados Unidos y termina –o no– con los trabajos abusivos a los que los migrantes acceden en el país norteamericano.
En la primera sección analizo el documental WhichWay Home (2009), de Rebecca Cammisa, y la novela La fila india (2003), de Antonio Ortuño. En la segunda sección, estudio el libro de no ficción The Devil´s Highway (2004), de Luis Alberto Urrea. Y concluyo enfocándome en los documentales After I Pick theFruit (2001), de Nancy Ghertner y Made in L.A. (2007), de Almudena Carracedo y Robert Bahar.
Improductividad y valor del cuerpo
La producción de libros y películas asociadas con este tema va en incremento y trata cuestiones que van más allá de la identidad y la violencia. El sistema económico determina qué va a suceder con los cuerpos expuestos a él y qué se puede esperar de los individuos en cuanto a cómo van a funcionar dentro de este sistema. Si se quedan fuera, hay consecuencias.
La producción cultural se ha abocado a retratar y cuestionar qué es lo que sucede cuando la improductividad es el factor que determina el valor del cuerpo. Sin embargo, esa misma improductividad conlleva a la posibilidad de cambiar, de ser ese otro que puede desafiar los innumerables patrones de comportamiento que se asignan para cada cuerpo.
En muchas de estas obras se propone que estar enfermo o en situación precaria abre el camino para que esta posibilidad sea concebible.