José Luis Cuerda: “140 caracteres es una gimnasia muy beneficiosa para eliminar el tocino literario y ceñirse al magro”


«Me noto muy cambiá» (Pepitas de calabaza, 2016) es una selección de 500 tuits escritos por José Luis Cuerda (Albacete, 1947). Pliego Suelto charla con el autor del libro –y  director del filme Amanece, que no es poco (1988)– acerca de su cuenta de Twitter, de política, inteleto, poesía, la palabra como vehículo comunicativo y, por supuesto, de cine. José Luis Cuerda, paradigma del surrealismo y del humor crítico hispanos, se dedica actualmente, además de a los guiones y a la producción cinematográfica, a actividades vitivinícolas y a proyectos literarios en colaboración con la editorial Pepitas de calabaza, donde ha publicado la novela-artefacto Tiempo después (2015) y un año antes Amanece, que no es poco (La serie).

 
¿Qué te llevó a escribir en una cuenta de Twitter?

Fue un ejercicio ascético. Tiendo a querer matizar mucho lo que pienso y expreso. Limitarme a 140 caracteres es una gimnasia muy beneficiosa para eliminar el tocino literario y ceñirse al magro.

Pepitas de calabaza, 2016

Admiro a los poetas que con tan poco dicen tanto.

En alguno de los tuits se puede leer: “Nuevos datos permiten afirmar que, al paso que vamos, dentro de poco todo será una mierda”, “Yo soy un pesimista optimista” o “Hay que solucionar la realidad”. ¿Cómo crees que esta podría regenerarse?

Haciendo las cosas mejor. Empezando por reconocer (se ha olvidado intencionadamente) que existe el otro, que necesita espacio, aire, sustento, reparaciones (al menos tanto como los coches).

Y estigmatizando al «milmillonario como el animal más estúpido de la humanidad: Ignora –ignorancia imperdonable– que se va a morir y que no le sirve para nada acumular de manera excesiva tanto capital.

Respecto a la política dices que “La democracia malvive en la cojonocracia, que incluye la descojonocracia y la amimelapelacracia”. ¿Cómo ves el panorama político actual en España?

Lo veo cuajado de mentiras, imprudencias, desprecios a los ciudadanos, imposturas, avaricias criminales.

Un país animado continuamente por sus dirigentes a despeñarse.

Muchos de tus tuits cuestionan el sentido desviado que, en muchas ocasiones, se da a las palabras. En un tuit, escribes: “Está de moda un nuevo ser humano que ha aprendido a decir frases que no sabe lo que quieren decir”…

Detesto la táctica, hecha costumbre hoy, de utilizar, siempre a beneficio de inventario, las palabras para ocultar el significado de lo que realmente se debería decir.

Un porcentaje enorme de conceptos son mentiras: Una “regularización fiscal” es sinónimo de “amnistía fiscal” para quienes más dinero tienen. Una “comparecencia en diferido” es realizar una rueda de prensa a través de una pantalla de plasma en vez de en persona…

¿Qué valor confieres a la palabra en tus creaciones?

Para mí las palabras son el vehículo comunicativo más específico y más rico de cuantos disponemos los humanos.

Y las palabras de los poetas, el único milagro que reconozco.

En la introducción haces referencia al «inteleto», género albaceteño…

Un “inteleto” es una ocurrencia, un acto caprichoso que, a veces, incluye un riesgo. Por ejemplo: meter los dedos en un enchufe o jugar con los cables de la electricidad te pueden dar un buen calambrazo.

Es un gesto, una propuesta, un imprudente hallazgo entre tonto y juguetón.

El “inteleto” es –involuntariamente, sin duda– un apócope de “intelecto” que al perder la “c” sufre merma en cuanto a lo que la inteligencia debe a la razón.

¿Está necesariamente el inteleto relacionado con el humor y el formato breve? ¿Tiene también vínculos con tu cine?

Puede tener esos vínculos con el cine, con el humor o con el formato breve, o no tenerlos. No es la forma lo que los califica.

Aunque no hay ninguna separación temática o cronológica, en «Me noto muy cambiá» se intercalan ilustraciones que hacen de transición entre las partes. ¿Qué valor querías aportar con ellas?

Convertirme en un hombre del Renacimiento. Una pena que sea un analfabeto musical. Habría puesto música a los textos: una jota, una samba, un adagio

“El cine es sustancialmente un haz de luz en la oscuridad”. ¿No echas de menos volver a esa luz?

José Luis Cuerda, 1989

Desde hace cuarenta años no he dejado de trabajar en cine. Ideando historias, escribiéndolas, preparando películas, series, documentales, rodando, produciendo…

Como un monje, cuando no estoy diciendo misa, estoy rezando. Porque, como decía Buñuel: “Yo soy ateo, gracias a Dios”. Lo que me permite hacer verdad lo de “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”.

Las palabras escritas en el guion se convierten en humanas gracias a los actores y conviven con nosotros en las pantallas de los cines gracias a un haz de luz.

Puro milagro.
 


José Luis Cuerda presenta en RTVE Me noto muy cambiá

 

Sobre el autor
(Salon de Provence, 1986). Aunque nacida en Francia, España es, sin lugar a dudas, su país de adopción. De hecho, se especializó en literatura española y, concretamente, cursa un doctorado sobre dramaturgia contemporánea. Es co-directora de la Revista de Investigación Teatral Anagnórisis. Y, a pesar de la crisis, también co-dirige la Editorial Anagnórisis, sello digital especializado en teatro y estudios humanísticos.
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